11 de julio de 2015

De los Santos Entierros Magnos celebrados en Écija (y II)

Cartel del Santo Entierro Magno de 1999.

El tercer y último Santo Entierro Magno que han celebrado los ecijanos tuvo lugar el Sábado Santo 3 de abril de 1999. Se puede decir que fue la viva representación completa de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, puesto que participaron un total de 14 pasos (uno por cofradía) en el respectivo orden de la Pasión. Las únicas imágenes que no participaron en él fueron La Borriquita, el Santísimo Cristo de la Salud y el Santísimo Cristo de Confalón. El Consejo General de Hermandades y Cofradías eligió los pasos que debían formar parte del cortejo, el cual estaba presidido entonces por D. Santos Valseca Montaño. El cartel fue obra del ecijano Rafael Amadeo Rojas, y representa Nuestra Señora de la Soledad sobre la Urna del Santísimo Cristo Yacente y rodeada por todas las imágenes que participarían en el Santo Entierro Magno.

La magna procesión comenzaba a las ocho en punto de la tarde en la avenida de Miguel de Cervantes a la altura del cruce con la avenida de Andalucía, para llegar así hasta la Plaza de España donde cada Hermandad ya seguía por calle El Conde, Más y Prat o ante la Iglesia de San Francisco. 

El cortejo era precedido por el batallón a caballo de la sevillana Hermandad de la Paz, cuyos componentes, con bocinas y atabales, anuncian el magno acontecimiento. A continuación abría la comitiva la Cruz de Guía de la Hermandad de la Soledad y comenzaba así la magna procesión con Jesús Cautivo, misterio de la Sagrada Columna y Azotes, Coronación de Espinas de Nuestro Señor Jesucristo, Jesús Nazareno Abrazado a la Cruz, Jesús Nazareno (San Juan), Jesús Sin Soga, Exaltación en la Cruz, Expiración, Sangre, Yedra, Sagrada Mortaja, Quinta Angustia, Urna del Santísimo Cristo Yacente y Nuestra Señora de la Soledad como broche de oro al Santo Entierro Grande.

El Silencio a plena luz del día por la Plaza de Colón.

Ese día se grabaron apuntes históricos y únicos en la historia astigitana: quedó en la retina de los ecijanos la imagen de El Silencio a plena luz del día y con los rayos de sol en su rostro; así como la visita del Santísimo Cristo de la Sangre al Cristo de Confalón.

Como notas curiosas, el paso de la Coronación de Espinas salió sin dorar, y el misterio de la Sagrada Mortaja procesionó sin las figuras de María Magdalena y Nicodemo, las cuáles completaron el misterio en los años posteriores. El Nazareno de San Juan procesionó con su túnica bordada en oro, al igual que Jesús Cautivo.

Ese año, el último del primer milenio de nuestra era, Écija celebraba la Coronación Canónica de Nuestra Señora del Valle el 8 de septiembre, y participó además en la Feria de Arte Cofrade MUNARCO de Sevilla en Cuaresma.

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